El espacio inmenso de una mente abierta, puede ser infinito.
Retirar barreras de la mente, superar restricciones que creamos nosotros mismos, abrir las puertas del pensamiento, significa una mente sin condicionamientos que puede ser infinita. Un primer requisito es la disposición; la intención de practicar: mente abierta para las lecturas, para aprender, para el trabajo, las actividades y aplicar las lecciones en la vida diaria.
Tener la intención de ser abiertos, flexibles y amables. Como un niño sin ideas preconcebidas, sin prejuicios, sin paradigmas; cualquier rótulo que quieran darle. Los invito a leer en www.ellibrototal.com El Principito, que es básicamente el diálogo entre un niño y personas mayores.
Como dijo el Maestro Zen Zuzuki Roshi «En la mente del principiante hay muchas posibilidades pero pocas en la mente del experto» … porque el experto sabe mucho pero su mente se llenó de condicionamientos y se ha vuelto rígida, cerrada. Como no nos gusta la incertidumbre creamos ilusiones de certeza, de seguridad, pero al mismo tiempo dejamos de ser curiosos sobre nuevas posibilidades.
Hacer las cosas bien no descarta que se puedan hacer mejor o de otras maneras. En palabras de Chogyam Trungpa Rinpoche: «Viva su vida como un experimento.» … y déjese sorprender todos los días. Una forma sencilla de verificar los condicionamientos que forman la rigidez de nuestra mente, es observar cómo juzgamos a la gente que ve el mundo de manera diferente; observar la reacción a otras ideas; estar seguros de nuestras creencias y nuestros puntos de vista sin descalificar otras visiones.
Ser creativo empieza por tener nuevas perspectivas.
